Muchos cuestionan si hacemos arte o si hacemos ciencia, pues solo puedo decir con la experiencia que tengo como estudiante que la arquitectura es multidisciplinaria y que ser arquitecto significa ser (médicos, psicólogos, administradores, abogados, jardineros, políticos, carpinteros, electricistas, etc...) y todo una diversidad de facetas puede adoptar el arquitecto en búsqueda de satisfacer las necesidades del hombre a través del diseño. Así que me atrevo a decir que  somos una extraña mezcla entre artistas y científicos. Aunque siempre he considero que mas artistas que científicos.  

Es que somos tan apasionados con lo que hacemos, como los artistas con sus obras de arte, y es que es simplemente emocionante poder transformar tus sueños e ideas en realidades tangibles; pues aunque suene un poco egocéntrico creo que los arquitectos fuimos bendecidos con el maravilloso don de la creación, don que en lo que a mi respecta es como una gran poder de transformación y como dice cierta frase “Todo poder con lleva una gran responsabilidad” y es que la responsabilidad que fue puesta sobre los hombros de nosotros los arquitectos es muy grande; estamos llamados a ser quienes reinventen las ciudades actuales y planifiquen las futuras. ¡Vaya desafío!

Y es que atreves de herramientas tan poderosas como el diseño arquitectónico y el diseño urbano tenemos la capacidad de influir y modificar la forma de vivir de los seres humanos ya sea para bien o para mal, y aquí es donde la ética juega un papel primordial en nuestra profesión, y es que antes de ser arquitectos debemos ser humanistas, con una profunda preocupación por los problemas y las necesidades del hombre; no basta con ser creativos, con ser innovadores y con tener un alto grado de sentido estético, los arquitectos tenemos la gran responsabilidad de actuar como agentes de cambio social. 

Empecemos por decir que este concepto de Smart cities o ciudades inteligentes no es nada nuevo, ya los metabolistas japonés y los arquitectos que conformaban el grupo Archigram describían en su filosofía un nuevo concepto de ciudad donde la tecnología y el ser humano eran uno solo, estos hablaban de ciudades concebidas como organismos vivos , capaces de apartarse a cualquier cambio y a cualquier nueva dinámica urbana, ciudades que respondían a los nuevos problemas del hombre; proponían toda una nueva forma de concebir la arquitectura y el urbanismo de la mano de las nuevas tecnologías.  

“La tecnología es una extensión de la propia humanidad y en todo caso debe servir a las nuevas transformaciones” Filosofía del metabolismo japonés, kisho kurokawa.

Hoy en día la tecnología puede ser un gran aliado para resolver los problemas que vive la ciudad si la aprovechamos de manera adecuada. La arquitectura y el urbanismo debe apuntar por diseños sustentable  en búsqueda de lograr un equilibro entre 3 factores claves dentro del sistema que conforman  la  ciudad (Factor social – factor económico- factor ambiental) estos 3 factores en equilibrio más el uso adecuado en el diseño arquitectónico y urbanístico de nuevas tecnologías generan territorio inteligentes, capaces de responder a las necesidades del hombre actual, capaces de adaptarse a situaciones  como el cambio climático, el acelerado crecimiento demográfico en los principales núcleos urbanos, problemas de movilidad, problemas ambientales etc.. y los nuevos paradigmas que han generado las nuevas tecnologías que hacen que muchos no vean con buenos ojos el uso de estas .